viernes, 19 de junio de 2009

ANGEL AMADEO LABRUNA

TODO RIVER PURA PASION, UN SENTIMIENTO MILLONARIO.
Ángel Labruna Nombre Ángel Amadeo Labruna Apodo Angelito, El Artillero Nacimiento 28 de septiembre de 1918Buenos Aires, Argentina Nacionalidad Posición Delantero Altura 1,75 m metros Partidos internacionales {{{partidosinternacionales}}} Goles totales {{{goles}}} Año del debut 1939 Club del debut River Plate Año del retiro 1961 Club del retiro Platense Angel Amadeo Labruna, (Buenos Aires *28 de septiembre de 1918- 20 de septiembre de 1983), jugador y director técnico de fútbol argentino. Jugaba como delantero por izquierda. Es el goleador histórico del club River Plate con 293, cifra que lo convierte, junto a Arsenio Erico de Independiente en el máximo goleador del profesionalismo. Integrante de la célebre delantera de River Plate que fue denominada La Máquina. Labruna, ocupa el 26º Lugar en el ranking del Mejor jugador sudamericano del siglo XX que publicó IFFHS el 2006.
Contenido
Como jugador
Debutó con la camiseta de River Plate el 18 de junio de 1939 y la defendió durante 20 años en la máxima categoría de su país. Conquistó nueve títulos del Campeonato argentino (1941, 1942, 1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957) y fue en dos ocasiones máximo goleador de la competición (en 1943 con 23 goles y en 1945 con 25). Participó en la leyenda de su club como miembro de una delantera histórica: Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Labruna y Félix Loustau, en la que él ocupaba la demarcación de interior izquierdo. La Máquina: Juan C. Muñoz, José M. Moreno, Adolfo Pedernera, Angel Labruna y Félix Lousteau Sólo disputaron juntos 18 encuentros, que resultaron inolvidables para los aficionados. El apodo de La Máquina se debió a la precisión del juego de aquel equipo de River, ideado por Carlos Peucelle, quien abominaba de tácticas y señalaba que la de su equipo era “1-10”, es decir, un arquero y diez jugadores. A los delanteros del River también los llamaban Los Caballeros de la Angustia. Labruna puso fin a su trayectoria en River en 1959; había defendido sus colores en 515 partidos, marcando 293 tantos. Todavía jugó durante dos campañas en el Rangers de Talca chileno, en el Rampla Juniors de Montevideo, y en Platense, para retirarse cuando ya había cumplido 43 años. Disputó 36 encuentros con la selección nacional de su país (en los que marcó 17 goles). Ganó una Copa América (1955) e incluso llegó a jugar, con 40 años de edad, la fase final de la Copa del Mundo disputada en 1958 en Suecia Al igual que otros grandes jugadores de su generación, no pudo participar en otros mundiales, primero debido a la suspensión de este evento por la Segunda Guerra Mundial y después por la decisión argentina de no jugar los mundiales de Brasil y Suiza. Gol Nº 293 de Angel Labruna Angel Labruna Un reciente estudio del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF) descubrió un gol de 1941 que por error no había sido adjudicado a Angel Labruna, lo que lleva al ídolo riverplatense a igualar la línea de Arsenio Erico (293 goles) y convertirse así en el máximo goleador de la historia del fútbol argentino. Hasta la fecha, Labruna ocupaba el segundo lugar en la tabla histórica de goleadores con 292 tantos detrás del artillero paraguayo. El gol referido es del partido Estudiantes La Plata vs. River Plate, jugado el 26 de octubre de 1941, correspondiente a la última fecha del campeonato de 1941, cuando River se consagra campeón. Tomando como base las publicaciones del historiador Pablo Ramírez, el gol era asignado al jugador Rodríguez en contra. No obstante, una minuciosa revisión de los diarios de la época y el hallazgo de la foto del momento exacto en que Labruna cabecea la pelota con destino de gol (publicada en la página 25 de la edición Nº 1114 de la revista El Gráfico), revelan claramente que el tanto corresponde a Angel Labruna. La investigación del CIHF cobra importancia por la calidad y trayectoria de los periodistas, estadígrafos e historiadores que lo componen, entre quienes se destacan Alejandro Fabbri, Oscar Barnade, Carlos Yametti, Patricio Nogueira y Miguel Angel Bertolotto, entre otros. Pero fundamentalmente por la abstracción de intereses personales tanto en la investigación como en las conclusiones; tal este caso, donde el estudio es acompañado por un artículo publicado por el Sr. Yametti, presidente del CIHF y simpatizante de Boca Juniors, quien no tuvo prurito alguno en adjudicarle el gol. Pero esto no es todo. El CIHF tiene previsto analizar uno por uno los goles de Labruna y Erico con el debido rigor, ya que existe otro gol en discusión que bien podría corresponder al jugador Arsenio Erico. Tras el análisis, si se comprobara este "nuevo" gol, Arsenio Erico, además de los consabidos lauros y records que ostenta, pasaría a ser en solitario el máximo goleador de la historia del fútbol argentino con 294 tantos. El orgullo de los argentinos fue golpeado por Arsenio Erico, este gol es traído de los pelos porque en una entrevista para una radio en la época se retiró expresando: "Me retiro cerca del récord y en conmemoración al más grande Erico". Como Director Técnico
Tras poner fin a su carrera como futbolista inició una nueva andadura como técnico. Asesor de River Plate, pasó por los banquillos de Defensores de Belgrano, Platense, Rosario Central (al que hizo campeón), River Plate, Talleres, Racing Club, Lanús, Chacarita Juniors y Argentinos Juniors. Labruna charla con sus dirigidos en un entrenamiento de Rosario Central, en 1971. Su primer título como Director Técnico lo consigue en el Campeonato Nacional de 1971 dirigiendo a Rosario Central. Aquel equipo, derrotó 1:0 a su clásico rival de la ciudad, Newell's Old Boys, en semifinales (con el recordado gol de "palomita" de Aldo Pedro Poy), y a San Lorenzo de Almagro por 2:1 en la final. Alcanzó sus mayores éxitos cuando regresó a River, al que condujo -tras 18 años de sequía- al campeonato en seis ediciones: 3 en el Campeonato Metropolitano (1975, 1977, 1979 y 1980) y dos en el Campeonato Nacional (1979 y 1980) [1]. Además, llevó a River a la final de la Copa Libertadores de 1976, en donde los millonarios cayeron derrotados ante el Cruzeiro Esporte Clube de Brasil. Trayectoria como Jugador
Equipo Temporadas Partidos Goles Promedio River Plate (*) 1939-1959 515 294 0.57 Rampla Juniors 1960 16 3 0.19 CA Platense 1961 2 0 0.00 Rangers de Talca 1961 3 0 0.00 Selección Argentina (**) 1935 - 1942 37 17 0.46 Total en su carrera 1942-1958 573 315 0.54 (*) Fuente: IFFHS (**)Fuente: RSSSF Palmarés como jugador Campeonatos Nacionales Título Equipo País Año Campeonato Nacional River Plate Argentina 1941 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1942 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1945 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1947 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1952 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1953 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1955 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1956 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1957 Torneos internacionales Título Equipo Sede Año Campeonato Sudamericano Selección Argentina Argentina 1946 Campeonato Sudamericano Selección Argentina Chile 1955 Palmarés como Director Técnico Campeonatos Nacionales Título Equipo País Año Campeonato Nacional Rosario Central Argentina 1971 Campeonato Metropolitano River Plate Argentina 1975 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1975 Campeonato Metropolitano River Plate Argentina 1977 Campeonato Nacional River Plate Argentina 1979 Campeonato Metropolitano River Plate Argentina 1979 Campeonato Metropolitano River Plate Argentina 1980 Récords y curiosidades Jugador más longevo de la historia del fútbol con 28 años jugando en Primera división. Máximo goleador de los clásicos River-Boca (16 goles). Intervino en más de mil partidos (entre oficiales y amistosos). Como técnico fue el artífice del doble título de River en el ' 75 luego de 18 años de frustraciones. En 1967, en un hecho inusual, fue campeón de la B con Defensores de Belgrano, mientras dirigía a Platense que llegó a las semifinales del Metropolitano. Sacó por primera vez campeón a Rosario Central e hizo grandes campañas con Talleres de Córdoba en 1974 y con Argentinos Juniors, donde armó la base del equipo ganador de los títulos locales e internacionales. Además de que unos pocos días antes de fallecer, se dio el gusto de eliminar a Boca y a River de la serie final del Nacional '83. Cada vez que Angelito ingresaba al campo de juego de la Bombonera, se llevaba la mano a la naríz y la apretaba, en directa alusión al mal olor que sentía por estar en "territorio bostero". De allí nació la costumbre de varios riverplatenses de llevar barbijos cada vez que van a ver a River de visitante frente a Boca. Ángel Amadeo Labruna (1918-1983), fue uno de los grandes jugadores argentinos de fútbol, que integraban la célebre Máquina de River Plate de Buenos Aires, cuya delantera estaba formada por Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Jugaron juntos 18 partidos, pero esto bastó para que la historia deportiva los recuerde. Estos encuentros que resultaron inolvidables para los aficionados argentinos. El nombre de "La máquina" se lo adjudicaron debido a la precisión del juego de aquel equipo de River, ideado por Carlos Peucelle, quien no era partidario de tácticas y señalaba que la de su equipo era "1-10", es decir, un arquero y diez jugadores. A los delanteros de River también los llamaban los caballeros de la angustia. Labruna fue uno de los más grandes goleadores del fútbol argentino. Debutó en el fútbol de primera división en 1939. Participó en el equipo que disputó la Copa del Mundo de 1958, con 40 años de edad. Jugó durante 20 años en el fútbol grande de Argentina con la camiseta de River Plate, posteriormente pasó a Platense y después fichó para clubes de Chile y Uruguay. Vistiendo la camiseta celeste y blanca de la selección, disputó 36 encuentros, en los cuales marcó 17 goles. Después de su retiro del fútbol activo, fue entrenador de Platense y al River. Su ejemplo quedó grabado en la historia de los grandes del deporte.
Hace sesenta años debutaba angel labruna, idolo de river
Buenos Aires, 18 de junio (Télam).- Hace sesenta años, el 18 de junio de 1939, debutaba en la primera división de River Plate Angel Amadeo Labruna, uno de los máximos ídolos de la historia del club millonario. Mientras el mundo todavía se conmovía con el fin de la Guerra Civil Española, y por las acciones bélicas ordenadas por Adolf Hitler y la invasión en marzo de Checoslovaquia por parte de las tropas nazis, Labruna, con 21 años, llegaba a la primera división del equipo del que sería histórico goleador. Labruna es, según un reciente estudio del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF), el máximo goleador de la historia del fútbol argentino, junto con el paraguayo Arsenio Erico, ambos con 293 tantos. La investigación permitió descubrir un gol de 1941 que por error no había sido adjudicado a Labruna, lo que lleva al ídolo riverplatense a igualar la marca de Erico. El gol referido fue en el partido Estudiantes La Plata- River Plate, jugado el 26 de octubre de 1941, correspondiente a la última fecha del campeonato de 1941, cuando River se consagró campeón. Labruna defendió la camiseta de la banda roja durante 20 años en la máxima categoría. Conquistó nueve títulos del Campeonato argentino (1941, 1942, 1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957) y fue en dos ocasiones máximo goleador (en 1943 con 23 goles y en 1945 con 25). El "Feo" integró la célebre delantera de River conocida como "La Máquina" donde jugaban también Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera y Félix Loustau, aunque solo disputaron juntos 18 encuentros. El apodo de "La Máquina" se debió a la precisión del juego de aquel equipo de River, ideado por Carlos Peucelle, quien desechaba a las férreas tácticas y señalaba que la de su equipo era "1-10", es decir, un arquero y diez jugadores. Labruna puso fin a su trayectoria en River en 1959, tras haber disputados 516 partidos, marcando 29 tantos. Después jugaría en el Rangers de Talca chileno, en el Rampla Juniors de Montevideo, y en Platense, para retirarse cuando ya había cumplido 43 años. Con el seleccionado argentino, el célebre Angelito jugó 36 encuentros en los que señaló 17 goles. Ganó una Copa América (1955) e incluso llegó a jugar, con 40 años, en la tristemente recordada Copa del Mundo disputada en 1958 en Suecia, en la que el equipo albiceleste tuvo una pálida actuación. Como director técnico, Labruna trabajó en Defensores de Belgrano, Platense, Rosario Central (al que sacó campeón en 1971), River Plate, Talleres, Racing Club, Lanús, Chacarita Juniors y Argentinos Juniors. En 1975, tras 18 años de sequía sacó campeón al club de sus amores, River Plate y después ganó los Metropolitanos de 1977, 1979 y 1980 y dos Campeonato Nacionales, 1979 y 1980. Además, llevó a River a la final de la Copa Libertadores de 1976, en donde los "millonarios" cayeron derrotados ante el Cruzeiro de Brasil. (Télam)
Si hubiera que sintetizar en un nombre qui�n representa por s� s�lo el significado del f�tbol en Argentina, el indicado ser�a Angel Amadeo Labruna. En �l se re�nen el gran jugador e �dolo representativo de un club, el t�cnico surgido de la cancha fuera de toda preparaci�n acad�mica y, fundamentalmente, el hincha. Porque Labruna lo fue como el m�s fan�tico de los simpatizantes, tanto para la felicidad del triunfo como para expresar el dolor por las derrotas. Y en el repaso de su vida futbol�stica surge el ganador por excelencia.Pintoresco, locuaz, con el lenguaje futbolero agrandado en la victoria, embroncado en la derrota, adem�s de su pasi�n por las carreras de caballos, Labruna respir� f�tbol cada instante de su vida.Su trayectoria cubre cuarenta a�os de la vida del club en actitud triunfante como lo certifican todos los records que exhibe su campa�a. Defendi� la banda sangre durante 21 a�os en primera divisi�n jugando 516 partidos. Meti� m�s goles que nadie: 292. Es el m�ximo scorer del cl�sico de los cl�sicos con 16 tantos. Gan� nueve campeonatos como jugador (1941, 42, 45, 47, 52, 53, 55, 56 y 57) y luego seis como t�cnico entre 1975 y 1980. Por eso fue �nico. Integr� la M�quina de River.Se vio obligado a retirarse como jugador de River a los 41 a�os (naci� el 28 de septiembre de 1918), con 27 en la Instituci�n y 20 en Primera, debido a la llegada de varios extranjeros, algunos de dudosos m�ritos, que ven�an a formar un nuevo proyecto en el cual no estaban incluidos los "hist�ricos" que le hab�an dado tantos campeonatos al Club. Fue en la Navidad de 1959. El hombre que as� terminaba su campa�a en el Club de toda su vida, era aqu�l que entraba a la cancha evitando pisar la raya de cal y luego, al trote canchero, llegaba al �rea y, de rastr�n, met�a la pelota en el arco vac�o. Una c�bala que le hab�a aconsejado Renato Cesarini en �pocas de sequ�a goleadora, un anuncio sobrador de los goles que vendr�an despu�s; gesto que hac�a delirar a la hinchada de River y morderse de odio a la tribuna contraria.En 1933, Nolo Ferreira, crack de Estudiantes, pas� a River; y pegado al alambrado, Angelito ve�a c�mo el pr�cer mataba la pelota, preparando el remate con esa curvatura de espaldas que luego fue un sello "labrunesco".Su comienzo como DT se da cuando River lo contrata de esp�a para ayudar a N�stor Rossi. Labruna reportaba el lunes el informe obtenido de los comentarios period�sticos, porque los domingos prefer�a ir al hip�dromo. Y no ten�a prejuicios al respecto.Su manejo de los planteles y su desprecio por las t�cticas, su defensa de los jugadores y su intuici�n para elegirlos y hacer los cambios adecuados eran una constante. Una vez dibujo una cancha y con papelitos arm� la t�ctica, alguien le sac� uno y qued� con diez jugadores, �l al no encontrarlo tir� todos los papeles y grit�: "�Juguemos como siempre!".Cada vez que Angelito ingresaba al campo de juego de la Bombonera, se llevaba la mano a la nar�z y la apretaba, en directa alusi�n al mal olor que sent�a por estar en "territorio bostero". De all� naci� la costumbre de varios riverplatenses de llevar barbijos cada vez que van a ver a River de visitante frente a Boca. Es recordado por referirse con el t�rmino de "Verde C�sped" al pasto del campo de juego del Estadio Monumental.As� relat� Angelito esta an�cdota: "A los 29 a�os me enferm� y estuve muy grave. Dej� de jugar por seis meses. Es que con unos medicamentos equivocados que me dieron se me inflam� el h�gado y tuve un derrame de bilis, me salv� de casualidad. Cuando pas� todo, volv� a la reserva, que se jugaba los jueves. Me acuerdo que "La Raz�n" public� que yo estaba tan bajo que lo mejor que pod�a hacer era colgar los botines. Me sent� tan mal y tuve tanto amor propio, que trabaj� como un loco para volver a ser lo que ha�a sido. Gracias a esa nota pude decir: jugu� trece a�os m�s en primera divisi�n".Cuando en 1958 River bati� a Estudiantes de La Plata por 5 a 2, Angel Labruna, con 40 a�os a cuesta, convirti� 3 goles. Al destacar la prensa este hecho extraordinario, Angelito minimiz� las cosas diciendo que todav�a era joven para jugar al f�tbol. Fue as� el jugador m�s longevo de la historia del f�tbol argentino.La sola menci�n de su nombre trae una inevitable ilaci�n con un largo per�odo del f�tbol argentino. Pocos fueron tan grandes, pero ninguno tuvo plena vigencia a trav�s de tantos a�os. A s�lo 9 d�as de cumplir 65 a�os, falleci� el 19 de setiembre en el sanatorio que estaba internado, como consecuencia de un paro card�aco, Angel Labruna. Pocos d�as atr�s habia sido intervenido quir�rgicamente de una afecci�n vesicular y se estaba reponiendo cuando aproximadamente a las 18 de la mencionada jornada, surgi� la lamentable derivaci�n que sorprendi� a todos. Labruna fue casi siempre una persona controvertida. De car�cter combativo, pol�mico, sostuvo ideas firmes e inflexibles, asi como tambi�n profundos amores o exacerbados enfrentamientos. Por eso en torno de �l se discuti� mucho, sin lograrse un f�cil acuerdo. En cambio, pocos podr�n negar sus amplisimos conocimientos sobre el f�tbol, puestos de manifiesto en innumerables ocasiones. Y si se hizo menci�n de sus amores hay que hacer notar que cas� toda su vida deportiva estuvo ligada a River. Cuando era a�n un ni�o, todos los d�as recorr�a los escasos metros que separaban a la relojeria de su padre, en Las Heras entre Bustamante y Pereyra Lucena, con los del club de su eterno cari�o, en ese entonces ubicado en la Avenida Alvear y Tagle. Fue muy buen basquetbolista, pr�ctica que alternaba con el f�tbol, que finalmente lo acapar� para siempre. Pas� por todas las divisiones inferiores, hasta debutar en primera muy joven a�n, en 1938. Fue frente a Estudiantes de La Plata y su equipo perdi� 1 a O. Por coincidencia River tambi�n cay� vencido en el �ltimo cotejo que jug� Labruna. Nada menos que 21 a�os despu�s, en 1959, ante San Lorenzo, por 3 a O. A trav�s del largo per�odo, Labruna jug� 516 partidos en primera en los que marc� 292 goles. En dos oportunidades fue el m�ximo goleador en 1943, con 23 conquistas, y en 1945, con 25 Angel Labruna fue el entreala izquierdo de la famosa M�quina, uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Mu�oz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, es una cita obligada cuando se quiere dar el ejemplo cabal de una delantera. Angel era el goleador y luc�a condiciones innatas y genuinas: habilidad, pique, picardia. Cuando entraba en el �rea protegiendo la pelota con su cuerpo en larga carrera, el gol era cas� una consecuencia inevitable. Adem�s ten�a una cualidad t�cnica que no estaba en boga de sus tiempos: el desmarque continuo. Integr� equipos campeones de River nada menos que en nueve oportunidades y fue miembro de la Selecci�n Nacional en 36 partidos, en los cuales anot� 17 goles. Todo ello en una �poca en la que no era f�cil destacarse, pues abundaban los jugadores talentosos en la mayoria de Ios equipos. Fue llamado a integrar el seleccionado en el Mundial de Suecia a los 40 a�os. Despu�s se alej� de River, pero jug� un par de temporadas m�s, hasta despu�s de cumplir 43 a�os en Rangers de Chile, Rampla Juniors de Montevideo y Platense. Cuando decidi� su retiro, no permaneci� ocioso en el f�tbol. Tras un breve per�odo se dedic� a la direcci�n t�cnica, como asesor en River. Se dedic� tambi�n a los negocios, pero nunca pudo prosperar. Lo traicion� su car�cter, su bonomia y esa irrefrenable pasi�n por el f�tbol. Le lleg� la etapa brillante como DT. Labruna fue campe�n en primer t�rmino con Defensores de Belgrano, en la "B". Despu�s, clasific� finalista a Platense. Tambi�n bajo su direcci�n fue campe�n Rosario Central y proyect� a Talleres de C�rdoba al �mbito nacional. Asimismo dirigj� a Racing, Lan�s, Chacarita Juniors y Tigre. Pero su mayor m�rito fue orientar nuevamente a River Plate hacia el t�tulo, tras 18 a�os de fracasos. Con Labruna volvieron los �xitos y se festejaron 6 campeonatos m�s. Adem�s fue muy reconoc�do por los entend�dos, por su capacidad para ver jugadores y formar equipos. Le bastaban pocos minutos y un par de maniobras para formarse una idea concreta sobre el jugador. Rara vez se equivoc�. La ingratitud y esos resquemores propios de las empresas en tren del �xito, lo ralearon del club de sus amores. Otro mal resultado en la Libertadores provoc� que, sin avisarle, el Club negociara con su amigo Di St�fano. Relegado a una difusa tarea de manager-secretario t�cnico, Labruna vacil� en principio y despu�s renunci�. Socio vitalicio 1358 de River que aun jugando en Primera pagaba la cuota social. Se fue dejando en el plantel a un riojano que, a�os m�s tarde, lo emular�a con sus bromas a los xeneizes: Ram�n D�az.Tras un breve paso por Talleres de C�rdoba se encontraba dirigiendo a Argentinos Juniors, donde hab�a logrado forrnar un buen equipo, cuando sobrevino su fallecimiento. Buen amigo, simpatia y buen humor fueron sus virtudes. A veces traicionado por su car�cter fuerte en circunstancias adversas. Pero el rencor no fue un valor digno de su personalidad. El dolor mayor de su vida fue la prematura desaparici�n de su hijo Angel Daniel, cuando all� en 1971 apuntaba en la primera de River como serio continuador de sus pasos. Es evidente que su estela perdurar� a trav�s de los tiempos. Sobre las 22.30 horas una ambulancia traslad� sus restos al Monumental, donde fueron velados entre la innumerable cantidad de amigos, compa�eros, admiradores, familiares y allegados o no al f�tbol. Todos quisieron tributarle su homenaje. Como Labruna hab�a sido dado de alta mientras se encontraba en la habitaci�n del sanatorio que fuera internado, se dirig�a al caminar por Fillol y en ese preciso instante se produjo la muerte. Cay� en los brazos del arquero... Los restos fueron inhumados a las 16 horas del dia 20 de setiembre en el cementerio de Chacarita y descansan junto a los de su hijo Daniel en un nicho de la galeria 15. En las exequias, hablaron acerca de la personalidad del extinto Domingo Tessone, presidente de Argentines Juniors; Rafael Arag�n Cabrera, titular de River Plate y el dirigente del club de N��ez, Di Carlo. Angelito, "El Eterno", el que nunca ser� olvidado...!
El fútbol sin Angel
Veinticinco años ya. Veinticinco años y, sin embargo, la memoria aún retiene fielmente aquella tarde de lunes en la redacción. El impacto de la noticia fría, cruda, dolorosa. Las sensaciones amontonadas: estupor, descreimiento, desconcierto, confusión, aturdimiento. La revolución para confirmar la información; los teléfonos que no alcanzaban para llamar a los familiares, a los amigos, a la clínica. Murió Angel Labruna, se escuchó escuetamente y ya nada fue igual aquel día. ¿Cómo va a morir si estaba internado por una rutinaria operación de vesícula? ¿Cómo va a morir si su natural ansiedad sólo le permitía pensar en cuándo le iban a dar el alta médica? Las preguntas incrédulas, que más que nada ansiaban escuchar que esas tres palabras no eran ciertas, se estrellaron de frente con la cruel realidad. Murió Angel Labruna, se confirmó al rato. Por un paro cardíaco, a las 18.15 de ese penoso 19 de setiembre de 1983, nueve días antes de cumplir los 65. Veinticinco años ya.Labruna-futbolista fue un crack sin época, un goleador majestuoso. Labruna-entrenador fue un respetuoso intransigente de la esencia del juego y de los jugadores. Labruna-personaje fue un inacabable compendio de anécdotas y de actitudes que jamás (o casi) pasaban inadvertidas. Labruna fue todo eso y fue, también, mucho más. Labruna fue River, el club del que lo hicieron socio a los 8 años. Labruna fue anti-Boca: "Yo siempre viví de Boca... Gracias a ellos me hice famoso", solía jactarse el máximo goleador (dieciséis) del Superclásico. Labruna fue un ganador obstinado: nueve campeonatos como jugador y seis como técnico --todos en River--, más otro título con Central. Labruna fue un infatigable peleador con la prensa: tras una relación afectuosa y casi diaria, a este periodista estuvo casi cuatro años sin hablarle; cuando se fumó la pipa de la paz, a partir de un amigo en común, confesó con esa voz aguardentosa: "¡Cuánto tiempo pasó, eh!... Es que soy un viejo chinchudo". Labruna fue un adorador del turf, de la baraja y del casino: allá por los cuarenta, los jugadores de River usaban chalecos de abrigo debajo de la camiseta los días de frío intenso o de lluvia; "eran iguales a los de los jóckeys... ¿Adivinen quién los trajo al club?", contó algún día con esa sonrisa socarrona que le iluminaba la cara cada vez que entregaba una salida graciosa. Labruna fue tan frontal como polémico, tan sanguíneo como sencillo, tan simpático como rezongón, tan genuino como cabulero. Labruna fue un hombre que por momentos parecía un chico.Nació el 28 de setiembre de 1918 en Las Heras y Bustamante, cerca de la vieja cancha de River de Alvear y Tagle. Hijo del italiano don Angel, el relojero de Barrio Parque, y de doña Amalia, en esas calles empezó a gastar las zapatillas pegándole a la pelota durante horas. Su padre soñaba con que siguiese su oficio y no quería saber nada con el fútbol; su madre, en cambio, era la cómplice: le armaba un paquetito de ropa vieja para que jugase y no se ensuciara los pantalones y los zapatos de salir. Al final, don Angel cedió y se transformó en el delegado del Barrio Parque Fóbal Club, el equipo de la cuadra. Fanático de River y de Bernabé Ferreyra (tenía una foto autografiada por La Fiera que decía: Al crack en ciernes), en 1934 integraba al mismo tiempo el conjunto de cadetes de básquet y la cuarta división de fútbol de River. Ahí tuvo que elegir. "Si me consiguen un trabajo, me quedo con el básquet", respondió. No se lo consiguieron...Debutó el 18 de junio del 39, en un 0-1 contra Estudiantes en La Plata, y le tocó reemplazar al enorme José Manuel Moreno. Retornó a la tercera, pero a las poquitas fechas se afirmó como titular y no salió más. Integró La Máquina, el equipo de la delantera más famosa del fútbol argentino: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Se cansó de hacer goles ("Cuando entraba el área y agachaba el lomo, sabíamos que podíamos pasar a cobrar", decían sus compañeros) y de ser campeón. Sufrió el fracaso con la Selección en Suecia 58. Y se fue de River a los 41 años. Anduvo por Chile (Rangers) y por Uruguay (Rampla), y se retiró en Platense a los 43. Intentó dedicarse a los negocios y todo le salió mal. Se hizo técnico (Platense, Defensores de Belgrano, Racing, Central y Talleres de Córdoba) y dejó su huella. "Vuelvo a River para ser campeón", desafió, optimista al fin, en 1975. Vaya si cumplió: rompió la racha negra de los dieciocho años sin vueltas olímpicas. Y dio un montón más... En el 81 se despidió de River. El último equipo que condujo fue Argentinos, hasta el día en que lo internaron.Desde aquel 19 de setiembre de 1983, el fútbol no es el mismo: se quedó sin Angel. Angel Amadeo Labruna Nació el 28-9-18 y murió el 19-9-83. Es, junto a Arsenio Erico, el máximo goleador del profesionalismo. Jugó 20 años en River (1939-59), donde ganó 15 títulos, 9 como jugador y 6 como técnico. En Central, como DT, obtuvo otro título.515 Partidos293 Goles
"Vengo para salir campeón", dijo Don Angel Amadeo Labruna apenas se convirtió en el nuevo entrenador de River, allá por 1975. Hacía 18 años que los éxitos le daban la espalda al club de Núñez y la situación era insostenible. Sólo un Angel podía revertir el rumbo y apareció él. Como jugador había hecho todo. A River sólo le fue infiel con la selección argentina; fue el futbolista que más años jugó en primera, el máximo goleador millonario en el clásico con Boca; el máximo artillero en la historia del club de Núñez, con 292 tantos. La cancha de Alvear y Tagle lo espiaba al pibe que había nacido en Alvear y Las Heras, y que de purrete pateaba la pelota de trapo que le había hecho a escondidas su madre, Amalia, para que su padre Angel, relojero de profesión, no se enojará porque Angelito "perdía el tiempo" jugando al fútbol. Llegó a River mirando fijo una foto autografiada de su ídolo, Bernabé Ferreyra, cuya dedicatoria decía: "Para un crack en ciernes". Fanático de la Banda Roja, no podía creerlo cuando debutó contra Estudiantes, en 1939. Vino La Máquina, con Muñoz, Moreno, Pedernera, él y Loustau. Los títulos, la consagración. Sin embargo, la condición de ídolo intocable le llegó más tarde, cuando se convirtió en entrenador. Supo incorporar a jugadores de experiencia, como Roberto Perfumo, Miguel Angel Raimondo y Pedro González, además de Pablo Comelles, Héctor Artico José Omar Reinaldi y Alcides Bareriro; Oscar Mas, el goleador de ese equipo, volvió de Real Madrid. Al mismo tiempo, para el medio campo Angelito confió en los pibes del club, que con los años no lo defraudaron: Juan José López, Reinaldo Carlos Merlo y Norberto Alonso. "Un día empezó a dar vueltas. Le dije que lo notaba preocupado y me dijo que no pasaba nada. "Angel, tiene que jugar Carrasco ¿no?" Y ahí se desahogó. "¿A vos te parece, estos h... de p..., que vengan a decirme esto?" No se haga problema, le presto la camiseta un rato", le contesté. Los dirigentes no se portaron bien con él; se fue a comer con los directivos una noche, y al mismo tiempo estaban arreglando un contrato en Uruguay con Di Stefano", cuenta Alonso. "De quinta me puso en primera. Como DT fue fenomenal y un consejero de la vida, un segundo padre", dice Mostaza Merlo. "Esperábamos que se durmiera, con los anteojos puestos, con Crónica abierta en el pecho, aunque sabíamos que abajo estaba La Rosa, con las carreras... Era como si estuviéramos con nuestro viejo; eso fue Angel para mí", recuerda emocionado J. J. Hay muchas maneras de recordarlo. Sometiendo arqueros; dando una vuelta olímpica; tapándose la nariz cuando entraba en La Bombonera, o esperando el pulgar hacia arriba o hacia abajo desde la platea para saber cómo había salido su caballo en Palermo. Quizá lo mejor sería cerrar los ojos y verlo corriendo en la concentración de River a la medianoche, ya como DT, para encerrarse a escondidas en la habitación de algunos jugadores para tirar los dados y apostar a ganador. Murió el 19 de septiembre de 1983. Detalles: - Jugador más longevo de la historia del fútbol con 28 jugando en primera división - Máximo goleador de los clásicos River-Boca (16 goles). - Segundo goleador de la historia del futbol argentino con 292 goles. - Intervino en más de mil partidos (oficiales y amistosos). - Vistió la casaca argentina en 36 ocasiones. - Como técnico fue el artífice del doble título de River en el 75 luego de 18 años de frustaciones. - En 1967, en un hecho inusual, fue campeón de la B con Defensores de Belgrano, mientras dirigía a Platense que llegó a las semifinales del Metropolitano. - Sacó por primera vez campeón a Rosario Central e hizo grandes campañas con Talleres de Córdoba en 1974 y con Argentinos Juniors, donde armó la base del que después ganador de los títulos locales e internacionales, además de que unos pocos días antes de fallecer de darse el gusto de eliminar a Boca y a River de la serie final del Nacional 83. Señas Particulares: Al ingresar a la cancha de Boca se tapaba la naríz haciendo alusión al mal olor de su tradicional rival. Es recordado por referirse con el término de "Verde Césped" al pasto del campo de juego del Estadio Monumental.
Enlaces externos
La respuesta a esa pregunta es facil ¿como no lo voy a querer a Boca, si me dio de comer toda la vida?" Angelito Labruna.
"River es noticia siempre. No porque seamos la mitad más uno, sino porque somos el pais menos algunos." Una labrunesca versión de la famosa frase.
"¿Cómo les dimos vuelta el partido en el segundo tiempo? Y, en el primer tiempo los dejamos jugar un ratito." Labruna explicando la razón de un 2-1 a Boca.
Ríver fue el primer equipo argentino que jugó en Inglaterra: El 2 de febrero de 1952 (57 años) le ganó 4-3 al Manchester City con 2 goles de Ángel Labruna, uno Walter Gómez y otro de Santiago Vernazza. “Guito” Vernazza (26.09.1928) caminaba desde su trabajo en el centro hasta su casa en la calle Ruiz Huidobro sólo para fortalecer las piernas. Después de esa etapa, de su recordado gol a Huracán y de los chistes de Labruna algunos lo llamaban con el sutil mote de “comefierro”. Debutó en la primera de Platense a los 19 años (1947): “Mi campaña tuvo un comienzo insólito. Yo jugaba en la quinta división de Platense y un domingo me hicieron debutar en tercera. Al jueves siguiente me pusieron en reserva y al otro partido en primera, contra River, de puntero izquierdo. La delantera formó con Belén, el uruguayo Vázquez, Gallina, Francini y yo.” Nada menos: “Cuando no jugaba iba a ver a River, club del que era simpatizante. Mi espejo era Muñoz, el mejor puntero derecho que he visto. Curiosamente cuando River adquirió mi pase en 1951, Muñoz fue a Platense en trueque junto con Coll y Negri. Una gran paradoja porque yo lo fui a reemplazar.” Además del pase de los tres jugadores, Ríver entregó $ 250.000 por su pase. “Una fortuna que juegue en River – decía Amadeo Carrizo -, cuando jugaba en contra me dejaba las manos a la miseria”. Y casualmente su último partido en Platense también fue contra Ríver en el último juego de 1950 (hizo un gol de penal). “Los mejores equipos que vi fueron La Máquina de River e Independiente de 1939. Cozzi y Amadeo Carrizo los mejores arqueros. Entre los jugadores de campo, Labruna, Pedernera, Báez, Walter Gómez y Pontoni.” Otros tiempos: “No se puede comparar el futbol de antes y el de ahora por los cambios de posiciones y de técnicas. Antes todos los equipos jugaban con dos punteros y un centroforward. Y los insiders bajaban y sibían para acompañar alos de arriba. Ahora todo es diferente. En mi época el juego era más franco, más limpio. Hoy no ocurre eso. Las acciones son más trabadas, más luchadas, abundan las infracciones y se desluce el espectáculo. Creo que el público de antes dejó de ir a las canchas”.
EDICION ESPECIAL 60 AÑOS: DEPORTES: 14-08-1975 / RIVER CAMPEON DESPUES DE 18 AÑOSY Labruna volvió para ser campeón La llegada de Angel Labruna como técnico de River en el 75 produjo una revolución futbolística. Armó un equipo voraz, con toque y vocación ofensiva, integrado por una camada joven y jugadores con oficio ese año River reventaba los estadios y, por fin, volvió a dar una vuelta olímpica. Miguel Angel Bertolotto. "Vengo a River para salir campeón", disparó sin que le temblara la voz, en tiempos en que campeón era una palabra casi maldita por Núñez. Temperamental y cascarrabias, directo y polémico, socarrón y llano, con todo el barrio y toda la calle sobre ese lomo que agachaba en sus gloriosas épocas de goleador para medir el disparo y maltratar a los arqueros, amado por River y odiado por Boca, Angel Labruna se paró sobre su fama de empedernido ganador y endulzó los oídos de un club que, allá por mediados de los 70, no podía gambetear una larga noche: dieciocho años sin campeonatos, desde aquel 1957 que completó la triple corona. El arribo de Labruna produjo una revolución futbolística en River. Porque el ángel iba más allá de su nombre: Labruna era un tipo con ángel; lo tuvo como eximio jugador y lo tuvo como sagaz entrenador. Apelando a su ojo clínico para elegir los intérpretes, Labruna mezcló juventud y experiencia. A Norberto Alonso, Juan José López, Reinaldo Merlo y Carlos Morete, abanderados de una camada joven y magistral, se les sumaron hombres con oficio de sobra: Roberto Perfumo (llegó desde Brasil), Miguel Angel Raimondo (de Independiente), Pedro González (de Perú) y Oscar Mas (de Real Madrid). Los cordobeses Comelles, Artico (ambos de Talleres) y Reinaldi (de Belgrano), más el paraguayo Bareiro (de Cerro Porteño), también se incorporaron para la gran aventura en ese 1975 inolvidable.Con sus palabras sencillas y sin rebusques, Labruna les contagió a todos su mística y armó un River voraz que hizo del toque su religión y de la vocación ofensiva su forma de vivir y de sentir el fútbol. La formación se decía de memoria: Fillol; Comelles, Perfumo, Artico y Héctor López; Juan José López, Raimondo (también jugó mucho Merlo) y Alonso; Pedro González, Morete y Mas. Y esperaba Daniel Passarella, a veces como suplente, a veces en Reserva, en cortocircuito temporal con el DT porque no era titular. La primera rueda fue un paseo: le sacó ocho puntos a Unión. Con un Fillol casi imbatible, con un Perfumo gigantesco, con un Jota Jota sabio, con un Alonso lujoso, con un Morete contundente y con dos wines imparables como Pedrito González y el Mono Mas, River regalaba distinción, convicción y goles. Y su gente reventaba los estadios y quebraba un récord de recaudación tras otro. No había cancha que aguantara tanta pasión, tanta locura.Pero los viejos fantasmas aparecieron en la segunda parte del torneo. Alonso fue suspendido por seis fechas, por una expulsión ante Independiente, y el equipo perdió tres partidos al hilo (Atlanta, Newell's y Boca, todos 1-0). Las distancias se achicaron en la cima. Huracán y Boca corrían de atrás y exigían. Pero volvió el Beto y River resurgió en el momento oportuno: un 2-0 a San Lorenzo, justamente con goles de Alonso (un cabezazo y un zurdazo casi desde el suelo), lo dejó en el umbral del título. Pero hubo otro pero. Una huelga de jugadores profesionales obligó a que la antepenúltima fecha se jugara con chicos amateurs. River necesitaba ganarle a Argentinos, en el José Amalfitani, para coronarse en el Metropolitano. Y salieron a buscar la gloria Vivalda; Raffaelli, Ponce, Zappia, Jometón; Cabrera, Bargas (Gigli), Bruno; Labonia, Gómez y Groppa (Giménez). Un zurdazo de Rubén Bruno, a los 24 minutos del segundo tiempo, desató el grito ansiado e interminable. Uno a cero. Y River campeón... Fue una noche helada, la del jue ves 14 de agosto, que se transformó en caliente por la majestuosa fiesta popular.El domingo siguiente, en un Monumental repleto, los verdaderos campeones (los profesionales) cerraron la campaña con un 2-0 a Racing, con un penal convertido por la zurda sabia de Alonso y el gol número 24 de Morete. La masiva invasión de público al césped hizo que no se jugara el complemento. Labruna terminó en andas de sus dirigidos. El Angel de River había cumplido con su promesa.
EL ANGEL DE RIVER. LABRUNA, EN ANDAS DE SUS JUGADORES, EL DOMINGO DE LA VUELTA OLIMPICA EN EL MONUMENTAL. (Foto: Archivo Clarín) Causas y consecuencias Después de 1957, año de su 12º título, River tuvo grandes equipos y notables jugadores, pero no logró salir campeón durante 18 años. Casi siempre llegaba a las instancias finales, pero se quedaba en la puerta de la consagración. Una vez quebrada la racha negra, en el Metropolitano de 1975, inició un largo período dorado que se extiende hasta hoy. Sus vitrinas ya reúnen 32 campeonatos locales, una suma casi inalcanzable para el resto.
Angel Labruna es el máximo goleador del fútbol argentino Fecha Publicación: 01/07/200813:24 Translate Hasta la fecha, Labruna ocupaba el segundo lugar en la tabla histórica de goleadores con 292 tantos detrás del artillero paraguayo. Compartir Un reciente estudio del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol descubrió un gol de 1941 que por error no le había sido adjudicado, lo que lleva al ídolo riverplatense a igualar la línea de Arsenio Erico y convertirse así en el otro gran artillero criollo. El gol referido es del partido Estudiantes La Plata vs. River Plate, jugado el 26 de octubre de 1941, correspondiente a la última fecha del campeonato de 1941, cuando River se consagra campeón.Tomando como base las publicaciones del historiador Pablo Ramírez, el gol era asignado al jugador Rodríguez en contra. No obstante, una minuciosa revisión de los diarios de la época y el hallazgo de la foto del momento exacto en que Labruna cabecea la pelota con destino de gol (publicada en la página 25 de la edición Nº 1114 de la revista El Gráfico), revelan claramente que el tanto corresponde a Angel Labruna.La investigación del CIHF cobra importancia por la calidad y trayectoria de los periodistas, estadígrafos e historiadores que lo componen, entre quienes se destacan Alejandro Fabbri, Oscar Barnade, Carlos Yametti, Patricio Nogueira y Miguel Angel Bertolotto, entre otros. Pero fundamentalmente por la abstracción de intereses personales tanto en la investigación como en las conclusiones; tal este caso, donde el estudio es acompañado por un artículo publicado por el Sr. Yametti, presidente del CIHF y simpatizante de Boca Juniors, quien no tuvo prurito alguno en llevar a Labruna –gran verdugo boquense- al tope de la tabla de goleadores.Pero esto no es todo. El CIHF tiene previsto analizar uno por uno los goles de Labruna y Erico con el debido rigor, ya que existe otro gol en discusión que bien podría corresponder al jugador riverplatense. Tras el análisis, si se comprobara este "nuevo" gol, Angel Labruna, además de los consabidos lauros y records que ostenta, pasaría a ser en solitario el máximo goleador de la historia del fútbol argentino con 294 tantos.
EL MIRADOR “Caldera” y Labruna El crítico por José Luis Ponsico de la agencia TELAM. No son muchos los antecedentes de un delantero que a los 37 años siga jugando como punta de lanza y haciendo goles decisivos como José Luis Calderón. “Caldera” camina por la senda que marcó Angel Labruna hace 50 años.Zurdo y rápido, de fuerte remate, Calderón vivió dos etapas en Estudiantes. Nacido en un suburbio de La Plata, cadete de una verdulería antes de ir a probarse al “pincha” en los albores del 80, Calderón también pasó dos etapas en Independiente. “Hace mucho tiempo que me cuido en las comidas y apenas bebo agua mineral”, dijo el eterno goleador, hoy figura de Arsenal, campeón de la Sudamericana. En el 98 jugó en Nápoli -también lo hizo en la Selección nacional-, y lleva convertidos 200 goles oficiales.En 1958, Angel Labruna, que estaba próximo a cumplir 39 años, fue llevado -de apuro- al Mundial de Suecia por lesión del goleador Roberto Zárate. Había debutado en la primera de River, en 1939.El notable artillero riverplatense volvió golpeado moralmente por la debacle argentina en esa Copa (perdió 6 a 1 con Checoslovaquia). Sin embargo, entre setiembre y noviembre de ese año, en partidos que terminaron 5 a 2 -con Estudiantes y Central- Labruna convirtió tres goles en cada uno y fue la figura.Durante 20 años como titular, Labruna no trasnochó -en esa época los famosos, como algunos ahora, se relacionaban con la farándula- y nunca fumó. Anotó casi 300 goles oficiales y disputó más de 500 partidos.
El mito del fantasma Las mejores campañas de Platense fueron un segundo puesto en 1949, semifinalista del Metropolitano de 1967 en una histórica definición con el Estudiantes de Osvaldo Zubeldía, y tercero en el Metropolitano de 1980. El club de Vicente López tiene algo más de cincuenta años en el fútbol grande y, desde 1976 hasta 1999, se mantuvo ininterrumpidamente en Primera, pese a haber sido protagonista casi permanente de la lucha por mantener la categoría. Por este motivo recibió el apodo del “fantasma del descenso”. Entre las principales figuras que vistieron su camiseta se encuentran Julio Cozzi, Santiago Vernazza, Marcelo Espina y el franco-argentino David Trezeguet, además de haber tenido a Angel Labruna como entrenador. Permalink:http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/subnotas/26641-9679-2003-10-12.html
A días de que se le ofrendara ser galardonado como el "Gen Riverplatense" en una encuesta en la que votaron varios miles de hinchas de la Banda, Angel Labruna sigue acumulando gloria. Un reciente estudio del CIHF (Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol) revela un dato sorprendente: Angelito tendría en realidad 293 goles, con lo cual igualaría la línea de Arsenio Erico como máximo goleador de la historia del fútbol argentino. ¿Le regalaron un gol? No, simplemente se hiló más fino en una jugada controvertida que data del año 1941 y se descubrió que el autor del gol era, efectivamente, el ídolo. La historia marca que el 26 de octubre de 1941, Estudiantes de La Plata y River disputaban la última fecha del campeonato que consagraría campeón al equipo de Núñez, conformado por la mítica “Máquina”. Esta última fecha fue victoria 4-1. Lo controversial es el segundo gol de: hasta ahora se pensaba que había sido de un defensor “pincha” en contra. Sin embargo, en una revisión de las crónicas de los diarios de la época y de la revista El Gráfico, edición Nº 1114, donde se ve claramente en una foto que es Labruna quien impacta la bola, aunque entonces se estableció lo contrario. ¿Esto es una "trampa" de River para colocar a su ídolo máximo arriba de todos? No. Y para confirmarlo hay que decir que el que hizo el anuncio fue Carlos Yametti, socio del CIHF e hincha de Boca. El mismo lo explica así en su artículo: “...Pero este trabajo debe contar con dos aristas importantes: por el lado del investigador, la seriedad en la búsqueda en las distintas fuentes y la abstracción de intereses personales en las conclusiones (por mi parte, siendo simpatizante de Boca Juniors, no tuve ningún prurito en 'llevar' a Labruna -gran verdugo boquense- al tope de la tabla de goleadores)”. Así, Angelito alcanzó al artillero paraguayo, quien había brillado en Independiente. Pero eso no es todo, Labruna hasta podría quedarse con el trono en exclusividad si este mismo organismo, del que forman parte Miguel Angel Bertolotto (Clarín) y Alejandro Fabbri (TyC Sports) entre otros, encuentra a Labruna como autor de otro gol controvertido, que aún hoy está en discusión. El organismo tiene previsto analizar uno por uno los goles de ambos artilleros para así establecer, esta vez sin errores, quién es el máximo goleador. Por ahora, Angelito se lo empató, ojalá se lo pueda ganar. Los hinchas le quedamos debiendo un grito de gol al “Feo”, que cada día es más y más glorioso, como River.
"Sale el sol, sale la luna; centro de Muñoz, gol de Labruna", ése era el canto de la multitud “millonaria” que acompañaba a “La Máquina”, mejor delantera de la historia del fútbol argentino, a todas las canchas donde jugaba este gran equipo, conformado por Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, que goleaba a cualquier rival que se le paraba en frente.Justamente Juan Carlos Muñoz, primer integrante de esa delantera, cumplió 90 años y es el único sobreviviente de esos cinco astros del fútbol, que dejaron una huella muy grande en el mundo River. Muñoz fue un formidable wing derecho, que jugó 184 partidos con la Banda, entre 1939 y 1950 anotó 39 goles y ganó cuatro títulos (1941, 1942, 1945 y 1947). Previamente, había realizado las Inferiores en Independiente, pero al llegar a la Cuarta se quedó sin lugar y allí se fue a jugar a Sportivo Dock Sud. Luego llegó el antiguo presidente del club de Núñez Antonio Liberti, quien se lo llevó a su River. Finalmente, Muñoz se ganó la titularidad en 1941 y coincidió con la llegada al primer equipo del gran Angel Labruna, con el mismo luego haría una gran sociedad dentro y fuera del verde césped. Desde aquí le rendimos un pequeño homenaje a un jugador que dejó la vida por esta camiseta y quedó en la historia del club más grande del país, gracias sus gambetas, sus centros, sus goles, sus títulos y una gran delantera que a cualquier hincha de River de todas las edades le sale de memoria.